Gentrificación, comunicación y espacios recuperados



















Málaga

Este fin de semana nos han invitado a LaCasaInvisible de Málaga para pinar algunas paredes de este centro social. Hemos pintado mucho y bien (aunque no sólo en el centro) pero también hemos pegado algunos carteles.
Ninguno conocíamos la ciudad y nos sorprendió la cantidad increíble de solares abandonados, casas a medio derruir y obras faraónicas sin terminar que había por todas partes.
Son cosas relativamente normales, pero menos a pocos metros de una zona recién renovada llena de calles comerciales y discotecas en pleno centro urbano y rodeando la enorme catedral.

Estuvimos hablando con la gente de LaInvisible sobre lo que parecía un territorio salvaje para la especulación urbanística y me dieron ganas de hacer alguna intervención.



















Gentrificación

Los neologismos aparecen en un idioma casi siempre porque designan con mayor precisión referentes que hasta el momento no podían verbalizarse de forma rigurosa o que simplemente no existían como tales. La posesión de términos específicos para nombrar los conflictos que nos afectan nos da la capacidad de analizarlos como objetos completos y abordar realidades dispersas como un todo nuevo por lo que engloba y no por lo que es.
Los procesos de gentrificación así nombrados dejan de ser la suma de realidades más o menos independientes que se dan en torno a una vivienda, una plaza o una situación concreta para convertirse en sucesos abarcables para la denuncia.



















Pensando en todo esto surge el problema típico de las vanguardias del proletariado: las élites diseñan herramientas para la crítica que los realmente afectados son incapaces de usar.
Y claro también surge una respuesta que, aunque sea ingenua, da juego y ganas de reventar los muros de todos esos solares.
Escribí en tres grandes carteles la definición de gentrificación (elaborada mal y pronto vía Wikipedia) y salimos a pegarlos queriendo creer que dotábamos a la gente de armas para abordar la realidad.
En la última foto se ve el cartel que pegamos en el espacio que desalojaron inmediatamente antes de la okupación de LaInvisible en 2007 que aparece ahora tapiado y vacío a la espera de una buena oferta.

La verdad es que es una de las cosas que he hecho en la calle que más me ha gustado así que espero repetir pronto con algo parecido.






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